Kae Tempest
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Kae Tempest (Londres, 1985) es una de las voces más singulares, vitales y poderosas de la literatura contemporánea en lengua inglesa. Poeta, narradore, dramaturgue, performer y músico, Tempest se ha movido siempre en la frontera entre géneros, lenguajes y circuitos culturales. Su obra nace del pulso de la calle, del rap y el spoken word, pero también de la tradición poética británica, la filosofía y la narración mítica. La fuerza de su escritura radica en su capacidad para unir lo íntimo y lo colectivo, lo político y lo afectivo, lo cotidiano y lo épico; y, sobre todo, en su inquebrantable fe en el poder transformador de las palabras.
Tempest comenzó su carrera actuando en micrófonos abiertos y eventos de poesía performática en su adolescencia. Antes de publicar libros ya era una figura reconocida en el circuito del spoken word londinense, donde combinaba poesía, música electrónica y narrativas urbanas. Su talento llamó rápidamente la atención: a los dieciséis años ya actuaba en festivales, bares y centros comunitarios, cultivando un estilo rítmico, intenso y cargado de honestidad emocional que más tarde se convertiría en su sello. Con el tiempo, Tempest ganó el respeto tanto de la escena musical como de la literaria, hasta convertirse en une artista transversal que desafía categorías.
En 2013, Tempest lanzó Everybody Down, un álbum de hip-hop poético que obtuvo una nominación al prestigioso Mercury Prize. Ese reconocimiento abrió definitivamente el camino para que su obra cruzara fronteras. A partir de entonces, Tempest se consolidó como un fenómeno literario con voz propia, capaz de hablar de la desigualdad, el amor, la precariedad, la población marginada y la fragilidad humana desde un punto de vista radicalmente empático.

Carrera literaria y artística
La carrera de Tempest ha sido reconocida con numerosos premios: fue nominade al Costa Book Award, ganó el Ted Hughes Award en 2013 y ha actuado en escenarios internacionales que van desde festivales de música masivos hasta el Parlamento británico. Además, ha sido invitade a colaborar con artistas visuales, músicos y colectivos sociales, manteniéndose siempre cerca de comunidades vulnerables y de proyectos con impacto social.
Un punto importante en su trayectoria fue su transición pública en 2020, cuando anunció su nombre, Kae, y sus pronombres they/them. Este gesto de autenticidad personal ha influido profundamente en la recepción crítica de su obra, pues muchos de sus textos abordan justamente la fluidez, el cambio, la identidad y la liberación emocional.
La escritura de Tempest combina un lirismo brutal con una claridad ética que interpela directamente al lector. Su obra habla de personas comunes que sobreviven como pueden, de la violencia estructural que atraviesa la vida urbana, y de la belleza que surge incluso en los márgenes. Tempest observa lo cotidiano con un asombro casi místico y, a la vez, denuncia sin estridencias la injusticia social.
Un legado en construcción
Kae Tempest es, sin duda, una de las figuras más potentes de la literatura y la poesía actuales. Su trabajo desmonta las jerarquías entre la alta cultura y la cultura popular, y su compromiso con la vulnerabilidad, la verdad emocional y la conexión humana convierte cada libro en una experiencia transformadora. En español, su presencia apenas comienza a expandirse, pero todo indica que su voz seguirá resonando en poetas, lectores y artistas que buscan, como ellas, una palabra capaz de iluminar los huecos más difíciles de nuestra vida contemporánea.
Obras publicadas en español
Aunque su producción es vasta, en el mundo hispanohablante su presencia comenzó a crecer especialmente a partir de 2020, cuando editoriales como Sexto Piso y Rayo Verde empezaron a traducir su obra. Sus títulos disponibles en español incluyen:
Conexión (Sexto Piso, 2020).
La línea de flotación (Sexto Piso, 2021).
Ancianos relucientes (Caleta Olivia, 2017). Que se coman el caos (Arrebato Libros, 2022). Divisible entre sí mismo y uno (Arrebato Libros, 2024).
A estas obras traducidas se suman otras disponibles únicamente en inglés, como la novela The Bricks that Built the Houses (2016), el ensayo-manifiesto On Connection (2020), y varias obras teatrales, entre ellas Wasted (2012) y Hopelessly Devoted (2014). Aunque no todas se han publicado aún en español, forman parte del corpus creativo que permite comprender el arco completo de su obra.
Fragmento de Ancianos relucientes
En los viejos tiempos los mitos eran las historias que usábamos para explicarnos a nosotros mismos.
¿Pero cómo podemos explicar el modo en que nos odiamos,
las cosas en que nos convertimos,
el modo en que nos partimos en dos,
el modo en que nos complicamos de más?
Pero todavía somos míticos.
Todavía estamos permanentemente atrapados en algún lugar entre lo heroico y lo lastimero.
Todavía somos divinos;
eso es lo que nos hace tan monstruosos.
Pero se siente como si hubiéramos olvidado que somos mucho más que la suma
de todas las cosas que nos pertenecen.
Los cielos vacíos se levantan
sobre los bancos donde los viejos se sientan—
están desolados
y sin amigos
y los jóvenes escupen;
por dentro son delicados, pero por fuera son osados y reconozco
que estos son nuestros héroes,
estas son nuestras leyendas.
Esa cara que pasas en la calle sin detenerte a mirar,
o esa cara que pasa frente a ti sin mirar atrás
o el hombre en el supermercado tratando de mantener a sus hijos fuera del carro
o la mujer que pelea con su paraguas frente al buzón de al lado
cada persona tiene un propósito ardiendo dentro.
Mira otra vez, y permite verlos.
Millones de personajes,
cada uno con su épica
cantando es difícil ser un ángel
hasta que fuiste un demonio.
El cielo es tan perfecto que parece un cuadro
pero el aire es tan espeso que parece que os desmayamos.
Sin embargo,
los mitos en esta ciudad siempre dijeron lo mismo—
que todo lo que necesitamos es un lugar para pertenecer;
que todo lo que necesitamos es luchar para averiguar por nuestros propios medios
de qué lado estamos.
Todos necesitamos amar
y ser amados
y seguir.
Quizá no haya ningún monstruo que matar
ningún diente de dragón que quede por sembrar
pero lo que hay, es el flujo
de lluvia bajando por las canaletas
lo que hay son los locos que murmuran.
Lo que tenemos acá
es una paleta de mitos nueva y reluciente:
la parábola del compañero que tenias que podría haber sido
cualquier cosa
pero terminó siendo un adicto.
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